Según un estudio realizado por la American Society of Plastic Surgeons, el 60% de la población femenina, y el 40% de la masculina, contesta de forma afirmativa a la pregunta: "¿cambiaría usted el aspecto de sus glúteos?".
De hecho, las técnicas para remodelar los glúteos tienen cada vez más demanda (constituyen la intervención más solicitada por los hombres), tanto en España como en el resto del mundo: los glúteos son una de las zonas que más atractivas resultan, y que estén firmes y duros es lo que más buscamos, tanto hombres como mujeres. Además, son una de las partes del cuerpo del hombre en la que más se fijan las mujeres, junto con el rostro y las manos.
Existen diversas técnicas para la remodelación del glúteo, aunque las más comunes son dos. La elección entre una u otra depende de la presencia (o ausencia) de exceso de grasa en el paciente. La primera opción es la liposucción de la parte alta de las caderas, o de las llamadas "cartucheras": a continuación, con la grasa procesada en la misma, se realiza un aumento de la proyección del glúteo.
La segunda opción es la gluteoplastia, es decir, llevar a cabo el aumento por medio de prótesis, fabricadas con gel de silicona cohesiva, que aguantan cualquier tipo de torsión y presión sobre ellas, y no se notan al tacto, ni siquiera en los bordes. Las prótesis pueden presentar diferentes volúmenes y proyecciones, y la elección de cuál es la idónea la toman de forma conjunta el cirujano y el paciente. Estos implantes están garantizados de por vida, y, según el Dr. Angel Juárez Cordero, Jefe de la Unidad de Cirugía Plástica y Estética del Hospital de la Zarzuela, "no se desplazan ni bajan con el paso del tiempo, ya que están sujetos por el músculo".
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