Semillas para un milenio
Más de 18 000 especies de planta guarda el denominado Banco de Semillas
del Milenio, situado en Londres, que alcanzó ya a los 1000 millones de plantas y forma parte de los Jardines Botánicos de Kew.
Con el marcado objetivo de salvaguardarlas del peligro de extinción, el proyecto reúne especies de todo el mundo, en particular la Oxytenanthera abyssinica, especie de bambú muy utilizado en países africanos para construir mobiliario.
Al igual que la bóveda de Svalvard, en el Polo Norte, este tipo de proyecto para almacenar plantas reviste singular importancia y resulta esencial para contrarrestar la rápida pérdida de biodiversidad que se detecta ya en todo el mundo.
"El objetivo es coleccionar para el 2010 unas 30 000 especies, lo que representaría el 10 por ciento de todas las plantas existentes en el planeta", afirmó Michael Way, coordinador para las Américas del Banco de Semillas del Milenio.
Según un reporte de BBC Mundo, hasta el momento en el proyecto participan
más de 50 países, y en las Américas se destacan México, Chile y seis centros de Estados Unidos, además de realizarse trabajos de investigación con Brasil y Argentina.
De lo que se trata es de conservar a buen recaudo un grupo de semillas nativas de cada país y remitir otro a Londres, para guardarlas como duplicado, pero no de cualquier tipo, sino de aquellas que se encuentren en peligro de extinción en su hábitat.
Principalmente interesan las especies silvestres amenazadas y las que son útiles al hombre, en especial localizadas en las zonas áridas y semiáridas del mundo.
Para que se conserven por tiempo prolongado, primero deben ser sometidas a un proceso de secado de forma tal que se les extraiga al menos 15% de su humedad, y después almacenarse a -20º centígrados.
Algunas simientes requieren cuidados especializados y tratamientos específicos para conservarlas. "Con estas medidas estamos seguros que podremos conservar las semillas al menos durante 200 años —afirma Way— y quizás hasta 1000 años".
Ciertas especies podrán ser sembradas dentro de algunas décadas y una vez germinadas almacenar sus semillas, lo que es posible según la práctica científica.
En el 2006, después de 204 años, los botánicos de Kew lograron plantar y germinar con éxito semillas que datan de 1803, halladas en un barco napoleónico y otra parte almacenada en muy malas condiciones en la Torre de Londres.
"Lo que queremos lograr con este proyecto —reafirmó Michael Way— es poder contar con estas semillas en el futuro, para que las conozcan nuestros hijos y su descendencia".
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