Un hombre adulto ya tiene la vida resuelta, por no decir, vivida.
Lo que al principio proporcionaba un sentimiento de estabilidad y seguridad, a lo largo de los meses se convierte en el mayor obstáculo para los propios planes de mujeres jóvenes con una vida por delante.
El hecho de que él tenga hijos impide que quiera más. Es una etapa de la vida ya superada. ¿Para qué complicarse con más hijos?.
El hecho de que hubiese problemas con su ex mujer significa que él ya no quiere casarse. ¿Otro sablazo por divorcio?.
No valen las armas de las mujeres, ya se las sabe de memoria y no dan tiempo a decir la segunda palabra. Lo peor es que ha perdido la confianza y la credulidad. No esperan nada a cambio de nada, temen tener que pagar un precio por todo.
Tampoco se le puedes chantajear sexualmente. Un hombre joven a las 48 horas promete el azul del cielo, mientras que un hombre adulto aprovecha el descanso para recuperarse.
Y si algún día ella está harta y quiere una buena discusión para aclarar algunas cosas, al joven les basta un comentario indecente, mientras que el adulto les saca de quicio por tanta indiferencia.
El hombre adulto sabe transmitir las culpas a la mujer joven. Una cena, promesas y la joven acaba avergonzada por haber complicado la existencia a tan buena persona. Lo que pasa es que el hombre adulto ya lo ha discutido todo, sabe el principio y el final de todas las discusiones y lo único que quiere es que le dejen en paz y no discutir por tonterías.
Pero lo peor llega el fin de semana o en las vacaciones. A ella le gustaría asistir a las mejores fiestas o inaugurar los mejores restaurantes, pero él ya está de vuelta, así que prefiere una cena íntima en casa y da mil veces las gracias por masajearle la cabecita delante de la tele.
En las vacaciones, el hombre adulto permanece en la playa pendiente de sus negocios con el ordenador, mientras que la joven suspira por los surfistas y las discotecas.
Aún así, cada día hay más parejas con diferencia de edad.
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